¿Cuál son las causas del despido disciplinario?
El despido disciplinario se encuentra regulado en el Estatuto de los Trabajadores y es la máxima sanción que recoge el ordenamiento laboral. Es una forma de poner fin al contrato de trabajo debido a un incumplimiento grave del trabajador de sus obligaciones o por conducta inadecuada. Este tipo de despido se basa en una falta grave por parte del empleado, como el incumplimiento de normas laborales, conducta negligente, mala conducta, robo, violencia en el lugar de trabajo, entre otros. Las causas del despido disciplinario pueden variar según las políticas internas de la empresa.
Incumplimiento de las funciones del puesto de trabajo
Si el empleado no cumple adecuadamente con las tareas y responsabilidades establecidas en su contrato laboral, y dicho incumplimiento es grave y reiterado, podría ser motivo de despido disciplinario. En esta causa se incluye el bajo rendimiento laboral constante.
Abandono injustificado del trabajo
Si un empleado falta al trabajo de manera injustificada durante un período prolongado o abandona su puesto de trabajo sin autorización, esto puede ser considerado una falta grave y justificar un despido disciplinario.
Indisciplina o desobediencia reiterada
Si un empleado muestra una actitud de desobediencia o indisciplina constante frente a las órdenes o normas de la empresa, esto puede ser motivo de despido disciplinario.
Acoso laboral o conducta inapropiada
El acoso laboral o cualquier otra forma de conducta inapropiada en el lugar de trabajo, como la discriminación, el hostigamiento, la violencia o el comportamiento ofensivo, puede ser considerado una falta grave y justificar un despido disciplinario.
Hurto o conducta fraudulenta
Si se descubre que un empleado ha cometido un acto de hurto, robo o conducta fraudulenta en perjuicio de la empresa o de sus compañeros de trabajo, esto puede ser motivo de despido disciplinario.
Es mucho lo que está en juego cuando se aplica un despido disciplinario. A continuación, de la mano de nuestros abogados de despidos disciplinarios en Madrid, explicamos cómo se desarrolla este procedimiento
¿Se puede impugnar un despido disciplinario?
Si estás disconforme con tu despido disciplinario, o simplemente, si los hechos que esgrime el empleador son inciertos para llevar a cabo este tipo de despido, ponte en nuestras manos. Es imprescindible actuar con la mayor rapidez posible, ya que el trabajador dispone de 20 días hábiles para impugnar el despido. Hay que tener en cuente que muchos de los despidos disciplinarios pueden ser desproporcionados, lo que hace que sea muy viable reclamar la improcedencia del despido con el fin de lograr una indemnización.
La impugnación del despido disciplinario comienza con la redacción e interposición de una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de Madrid, conocido como SMAC. El objetivo de este recurso es celebrar un acto de conciliación para llegar a un acuerdo antes de que se celebre el juicio.
Es fundamental que la papeleta sea redactada por abogados especialistas en despidos disciplinarios. En caso de no lograrse ningún acuerdo en el acto de conciliación, habría que interponer la correspondiente demanda judicial, y lo manifestado en la papeleta vincula posteriormente. Si estás inmerso en un despido disciplinario, contacta con nosotros. Nuestro equipo de abogados laboralistas en Madrid se encargarán de dejar claro en la primera consulta si es viable la reclamación. Te calculamos la indemnización máximo que puedes lograr y nos ocupamos de todos los trámites.
Despido disciplinario: obligaciones de la empresa
En el supuesto que la conducta del trabajador lleve a la decisión del despido disciplinario, se deben cumplir los presupuestos que establece el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores. Hay que empezar por la entrega de la carta de despido, que tiene que incluir una descripción clara de los hechos que causan el despido disciplinario. Este documento debe especificar la obligación que el trabajador ha incumplido, de entre todas las previstas en el Estatuto de los Trabajadores o en el convenio colectivo, así como la fecha prevista del despido.
El empleador puede entregar la carta en persona o mediante burofax. Nada que no se incluya en la carta de despido puede ser tenido en cuenta en el juicio. Es decir, ante el juez solo se discutirán los aspectos reflejados en este documento.
Despido disciplinario: derechos del trabajador
El despido disciplinario es el tipo de despido que, por sus consecuencias, más perjudica al trabajador. Más allá de esto, cuando un trabajador enfrenta un despido disciplinario, también tiene derechos que deben ser respetados. El aspecto que más preocupa al empleado es la opción de impugnar el despido y, llegado el caso, las opciones de recibir una indemnización. El trabajador tiene derecho a defenderse y presentar su versión de los hechos ante la empresa.
Además, el trabajador tiene derecho a que se respete su confidencialidad y privacidad en relación con el despido disciplinario. Esto implica que la empresa debe manejar de forma adecuada la información personal y confidencial del trabajador y no divulgarla de manera inapropiada. En este sentido, el despido disciplinario da derecho a cobrar el finiquito y la prestación por desempleo siempre que se cumpla el mínimo de cotización. Por otro lado, los empleados despedidos disciplinariamente no tienen derecho al preaviso, ni a la indemnización.
Abogados para despido disciplinario en Madrid: Preguntas Frecuentes
Siempre que se produzca un despido, si el trabajador ha cotizado al menos 360 días en los últimos seis años tiene derecho a prestación por desempleo.
El contenido de la carta de despido no afecta, ni perjudica para tener otro trabajo. La comunicación del documento solo la conoce el empleado y la empresa. Además, no hay un registro público al que tengan acceso las empresas para saber cuál ha sido la causa de la extinción del contrato de trabajo. No hay que olvidar, que el objetivo de la carta de despido es que el trabajador conozca los motivos del despido, así como la fecha efectos del mismo.
El despido disciplinario se considera una terminación inmediata del contrato de trabajo debido a un incumplimiento grave por parte del empleado, y no suele requerir un preaviso previo.
Es habitual que cuando un trabajador y un empresario acuerden poner fin a la relación laboral de forma amistosa, lo hagan mediante un despido disciplinario. Así, el empleador no tiene que pagar ningún tipo de indemnización y el empleado tiene derecho a la prestación por desempleo. Sin embargo, este practica representa un fraude a la Seguridad Social.
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